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(Des)mitificaciones sobre al Aprendizaje Servicio: primera parte


Taller de Intervención Psicosocial (Psicología UAH) y JAB El Castillo
Por Manuel Caire Espinoza*

En mis 4 años de trabajo en el tema del aprendizaje servicio, me ha tocado conocer muchas experiencias – cerca de 200 proyectos – en donde estudiantes, docentes y socios comunitarios trabajan juntos para resolver una necesidad o desafío de una comunidad u organización. En este tiempo, los aprendizajes han sido tantos, que me permito compartir con ustedes algunos elementos que seguramente, quienes están comenzando esta aventura o ya lo están implementando, podrán sacar provecho. En ningún caso se presenta como la verdad absoluta (iría en contra de uno de los elementos que quiero transmitir) sino como recomendaciones a la hora de tomar decisiones.

Para hacer más ameno (y provocador a la vez) este artículo, estableceré tres afirmaciones que circulan en el escenario del aprendizaje servicio, las que tensionaré con el clásico “verdadero/ falso / incompleto”. Esta es la primera parte de una serie de reflexiones que iremos discutiendo aquí.

1. EL DOCENTE ES UN MEDIADOR DE LOS PROYECTOS DE APRENDIZAJE SERVICIO (INCOMPLETO)

Los docentes que incorporan aprendizaje servicio a sus cursos, saben que esta experiencia tensionará la forma en que tradicionalmente se desarrollan las cátedras (educación bancaria). El aprendizaje servicio busca que un grupo de estudiantes materialice un proyecto junto a una organización, utilizando los contenidos vistos en clase. La pregunta que surge entonces es ¿sirven los contenidos de mi curso para resolver un problema social? El solo hecho de dar respuesta a esa pregunta, interpela al docente sobre las formas metodológicas de enseñar esas materias. Inmediatamente hay un giro en la forma de concebir la docencia… que sin duda, en lo concreto, se traduce en que este docente actúe como mediador entre la comunidad y los estudiantes, puesto que juega un rol de articulación entre las necesidades de las personas que están en juego (intereses disciplinares, formas de problematizar un fenómeno, coordinación con la contraparte). Sin embargo, el docente también es mediado, ya que su docencia y la vinculación con el medio son trastocadas al punto que muchos docentes señalan que el aprendizaje servicio les ha servido para darle sentido a lo que hacen. Aprenden de sus alumnos, de las instituciones, de los espacios sociales.

Los docentes se ven tensionados por su (des)formación en la educación primaria, de pregrado, de postgrado y de toda una institución que le señala cómo debe hacer las cosas dentro del aula. Sin embargo, nadie puede quedar indiferente ante la situación de marginación que muchas familias viven en los campamentos de nuestro país. ¿Cómo no se va a remecer un docente cuando escucha a sus estudiantes conmoverse por las situaciones de injusticia que existen en la sociedad? El docente es mediador, pero también mediado.

2. UNA BUENA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE SERVICIO MARCA LA PAUTA DE CÓMO HACER LAS COSAS (FALSO)

En primer término, no existe una única forma de planificar un proyecto de aprendizaje servicio. Es más, ni siquiera existe una única forma de concebir el aprendizaje servicio. Difícilmente se pueda afirmar que una buena experiencia marque tendencia respecto de cómo hacer las cosas, pues muchas son las variables que influyen en el éxito (si pudiéramos llamarlo así, eso es discutible) de un proyecto de aprendizaje servicio.

He visto docentes reclamar porque los estudiantes de un semestre no son iguales a los del semestre anterior y por tanto, el proyecto no va a funcionar. Muchos docentes tratan a sus estudiantes como tabula rasa, creyendo que existe una fórmula para conducir a sus estudiantes al logro de los objetivos. Olvidamos las experiencias previas, las microhistorias que cada estudiante trae al aula y donde la sumatoria de cada una de ellas construye un espíritu de curso que puede o no enganchar con un proyecto social. Por su parte el socio comunitario – y la necesidad sentida que presenta – también incide en el transcurso de los proyectos. Un socio comunitario puede un año participar activamente con los estudiantes y otro año no. Puede ser muy exigente y demandante con los estudiantes y otro año no. Incluso, cuando un curso cambia de socio comunitario, tiene una probabilidad cercana a cero de que el proyecto sea idéntico al anterior. En este sentido, no consiste en planificar todos los proyectos como si fueran la primera vez (eso sería un estrés que nadie soportaría), pero si resguardar que la innovación y la capacidad para adaptarnos este presente siempre y podamos aprender de la experiencia previa afrontando los desafíos con las complejidades que eso implica.

3. EL DOCENTE TIENE LA CAPACIDAD DE INTENCIONAR LA FORMA QUE ADQUIERE UN PROYECTO DE APRENDIZAJE SERVICIO (VERDADERO)



La forma que actualmente ha tomado el aprendizaje servicio, al menos en Chile, muestra que la última palabra para implementar o no este enfoque pedagógico la tiene el docente a cargo del curso (veremos en otro artículo que esto también es discutible y hasta cierto punto puede ser nocivo). En este contexto, la aceptación de hacer un curso con aprendizaje servicio implica para el docente re-mirar su curso y hacerse muchas preguntas: “¿Con quién se trabaja? ¿Es obligatorio o no? ¿Cómo se evalúa? ¿Cómo motivo a mis estudiantes? ¿Con qué financiamiento cuento para hacer esto? ¿A quién le puede servir un proyecto de estas características?” Y así, muchas otras preguntas… incluso algunas que en lo personal me han preocupado: “¿Por qué debemos ayudar a los más pobres? ¿Estarán preparados mis alumnos para enfrentarse la realidad? (como si esta se encontrara fuera del aula).

Lo primero que siempre les transmito a los docentes es tranquilidad. Cada uno es capaz de afrontar esas inquietudes de acuerdo a sus propias capacidades. Siempre invito a observar experiencias realizadas en otros lugares y sacar de allí los elementos que mejor calcen con sus necesidades. Atrévanse. En segundo lugar, los invito a salirse del molde de lo tradicional. Hace poco tuve una reunión con una profesora que me señaló: “Con este proyecto me di cuenta que todos los indicadores de aprendizaje son tensionables, pues parece ser que el sistema tradicional de evaluaciones (pruebas de memoria) fuera el único modo adecuado de formar futuros profesionales y eso es totalmente cuestionable”. En tercer lugar y con esto cierro, el aprendizaje servicio se construye en una negociación que implican siempre un trato digno entre todas las personas involucradas (esto se da por supuesto y no siempre es así). Allí, los docentes juegan un rol clave con sus estudiantes para enseñar sobre el discernimiento ético en los proyectos que realizan. El aprendizaje servicio puede tomar formas muy diversas, pero en todas esas posibilidades, el docente debe transmitir siempre que la persona humana debe estar en el centro de la intervención.

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* Coordinador Centro de Reflexión y Acción Social